Durante la Edad Media tomo auge una antigua ciencia, de naturaleza sagrada, que era practicada por solo algunos elegidos: La Alquimia. Todos sus fundamentos eran secretos y se trasmitían de manera oral. Dicha ciencia era conocida, y lo es aun, como es el arte de convertir todos los metales corrientes en oro. Así, los hombres codiciosos y no iniciados en el arte de la Alquimia pasaban neciamente largos años buscando la manera de convertir el cobre en el metal precioso, con el fin de hacerse ricos. Estos hombres no sabían que aquello de convertir los metales corrientes en oro era, en realidad, un símbolo. Pues el verdadero objetivo de la alquimia era transformar el alma corriente del hombre en un alma elevada.
Existen dos formas de explicar un fenómeno: de acuerdo con las causas naturales y de acuerdo con causas sobrenaturales. En el pensamiento mágico, por insólitos que sean los sucesos, tienden a ser aceptados como tales y, la mayoría de las veces no son racionalizados. Los acontecimientos son atribuidos a las fuerzas y energías del universo, entre las cuales se cuentan los dioses, demonios, espíritus, animales y seres de otros mundos y espacios. Dichas fuerzas tiene la capacidad de actuar sobre los hombres y las cosas.